¡Hola! ¿Cómo estás?
- Aló, Jorge.
- ¿Cómo, aló? ¿De dónde sacaste esa palabra extranjera, Enrique?
- La oí no recuerdo a quién.
- Bueno, bueno. Yo prefiero decir hola, como se dice en la Argentina. Y mucho más ahora que los teléfonos son nuestros desde que los compró el gobierno del general Perón. ¿No te parece?
- Tienes razón, Jorge.
Libro de lectura para Primero Superior (pibes de 7 años). Autor: María A. Domínguez. Publicado por Editorial Kapelusz en el año 1953 - Páginas 76 y 77.
Hoy escribí sobre adoctrinamiento en la escuela.
Espero que te guste. Gracias por leer.
Las preguntas de hoy
¿Se puede moldear la ideología con libros escolares?
Mi hipótesis (que se basa únicamente en conversaciones familiares, aunque no solamente en la mía) es que buena parte del anti-peronismo entre las familias del tipo porteño-clasemediero-intelectual (de izquierda y de derecha) tiene origen en temas puramente culturales. No clasistas, eh. Culturales.
Seguro que hay gente que estudió esto a fondo y lo que voy a decir le va a parecer una pavada (dicho lo cual, si no te gusta te podés ir a cocer tapioca sin culpa), pero mi impresión es que si hay algo que le rompía las bolas al clasemediero que venía en franco progreso facilitado por su esfuerzo, o el de sus padres (ya sea que venía de afuera, o de generaciones de crecimiento en Argentina) era esa obsesión anti-liberal del peronismo de intentar hacerle creer por todos los medios que su vida era su vida gracias a una o dos personas que lo hicieron posible y que tienen nombre y apellido.
Un poco lo que ilustra la foto de arriba que, sale del “Niños felices”, un libro de lectura para Primero Superior (7 años), publicado la por mítica Editorial Kapelusz (que hasta cuando yo era chico producía la mayoría de los libros de texto de escuela) en el año 1953, durante la segunda presidencia de Perón. Ese libro es parecido a varios otros libros.
Para ser justos, esta obsesión anti-liberal adoctrinadora no es exclusividad del peronismo. Los ejemplos de anti-liberalismo en un país que pasó más o menos la mitad del siglo XX gobernado por dictadores son más la norma que la excepción y ni hablar fuera de Argentina. Ya hice enojar a mis lectores peronistas, ahora voy a hacer enojar al resto: la verdad es que incluso los gobiernos más liberales, especialmente en las etapas tempranas de formación de los países, tienen que crear conciencia nacional, héroes, malos, historias y relatos oficiales, narrativas que sirvan para amalgamar (buena Neruda). ‘Ta bien, hay niveles, entiendo, y no es todo lo mismo.
Pero los habitantes de un país tenemos ciertos valores, ciertas creencias, ideologías que no salen de la nada. En parte se moldearán por cosas que vivimos durante nuestra existencia (mirá lo que escribí acá, por ejemplo), en parte dependerá de eventos medio aleatorios que moldearon nuestras instituciones en algún momento de nuestra historia (mirá lo que escribí acá, por ejemplo) y en parte dependerán de los intentos explícitos y a conciencia de la elite dominante por generar una cultura común. Lo hizo Perón, lo hizo la generación del ‘80 y, fundamentalmente, lo hizo cada uno de los gobiernos dictatoriales del mundo. Por ejemplo, el gobierno de China.
¿Por qué empecé hablando del lavado de cerebros peronista y termino escribiendo sobre el lavado de cerebros chino? Bueno, es la diferencia entre lo que me gustaría saber (el impacto que tuvieron esos libritos peronistas en la formación de ideología) y lo que puedo saber: el impacto que tiene el adoctrinamiento escolar en China sobre la ideología de los chinos. Porque, ojo, me ENCANTARÍA poder medir a ciencia cierta el efecto de los libros peronistas en las creencias de la ciudadanía que estuvo expuesto a ese adoctrinamiento, pero nunca se me ocurrió una buena forma de hacerlo. De China tampoco, pero a Davide Cantoni (brillante economista alemán) y amigos sí.
Empecemos con un párrafo de historia. 2001. El régimen chino implementa su 8va modificación curricular a nivel central, que implicaba un cambio masivo de libros de texto. La reforma va permeando de a poco a cada una de las provincias. Arrancan en 2004 (Shandong, Ningxia, Hainan y Guangdong) y de a poco, en un período de seis años todo (o casi) el resto de las provincias se va sumando. ¿Qué tenía de novedoso la reforma? Varias cosas. Una explícita: “ (to) form in students a correct worldview, a correct view on life, and a correct value system,” según el ministro de educación de entonces. Entre tantas reformas de todo tipo, la más relevante a los fines de este envío (y del paper en cuestión) es la del libro de texto sobre política.
Y acá se vienen las tres partes desafiantes del paper. Primero: si te quiero convencer de que el contenido de los nuevos libros de texto tuvo algún impacto ideológico, primero te tengo que mostrar que efectivamente hubo un cambio relevante en el contenido. Segundo, dado que la reforma se dio a nivel nacional, tengo que encontrar una forma de encontrar personas expuestas y no expuestas al nuevo contenido que sean comparables. O sea: personas que fueron (quasi-) aleatoriamente expuestas al nuevo contenido versus otras que fueron (quasi-) aleatoriamente NO expuestas al nuevo contenido. Tercero, tal vez la más fácil: ¿cómo medimos ideología?
Vamos con la primera parte. ¿Cómo sabemos de qué forma (y en qué magnitud) cambiaron los libros de texto pre y post reforma? Leyéndolos. Cuando queremos comparar datos que no tienen estructura (por ejemplo, palabras), lo que hacemos es text analysis. Básicamente, creamos indicadores que cuantifiquen alguna característica que nos parezca relevante de cada texto. Puede ser algo muy sofisticado, como medir la “complejidad” de un texto en función que de qué tantas palabras poco frecuentes aparecen, la ideología, en función de la similitud de las palabras que se usan en comparación con las que usa gente que sabemos que es más de izquierda o de derecha (sobre estos dos ejemplos, podés leer lo que escribí acá); o cosas más simples, como contar la cantidad de menciones sobre algún tema en particular.
Davide y sus amigos hicieron algo bastante simple. Primero agarraron el documento oficial que detallaba los objetivos de la reforma: “Suggestions on Strengthening the Ideological and Moral Construction of Our Youths.” Identificaron las palabras más frecuentes y los tópicos más relevantes. El documento hablaba sobre temas clave como economía, instituciones políticas, identidad, formas de gobierno. Después midieron la frecuencia con la cual se mencionaban cada una de esas palabras (“rule of law”, “elections”, “democracy”, por ejemplo) en los libros de texto PRE-reforma y en los POST-reforma. Y después compararon: ¿qué palabras y tópicos, importantes según el propio gobierno, aumentaron o disminuyeron su frecuencia entre los libros de texto viejos y los nuevos?
Algunos resultados destacables. “Economía de mercado” cae en desuso, pero en cambio empieza a mencionarse más “Socialismo con características chinas”. Se empiezan a mencionar por primera vez palabras vinculadas a la gobernanza china y la confianza en la autoridad y las reglas del juego del gobierno. “Democracia”, palabra anteriormente inexistente, empieza a usarse frecuentemente porque ahora China es, según el gobierno, una democracia (particular, claro), con funcionarios y políticos con valores cívicos. Un manual adaptado al nuevo rol de China en el mundo: más integrada, supuestamente más democrática y con un sistema económico más particular. Socialismo, sí, pero a la China.
Vamos con la segunda parte: cómo identificar causalidad en todo este quilombo. Te dejé una pista un poco más arriba: los libros de texto se cambiaron para todo el país, pero la implementación no se dio necesariamente al mismo tiempo.
Mirá el dibujo de arriba. En diferentes colores va el año de implementación de la nueva currícula. Algunas provincias arrancaron antes, otras arrancaron después. Pero no solo eso. Suponete que estás por empezar la secundaria, que dura tres años. La reforma en tu provincia se va a implementar el año que viene. Como arrancaste la secundaria antes de la reforma, te corresponde hacer tres años con los libros viejos. Yo tengo tu edad pero yo estoy en la provincia de al lado, que arrancó este año con la reforma. O sea que tenemos la misma edad, vamos al mismo año pero mis libros de texto son nuevos y los viejos son tuyos. No así los de tu colegio en la cohorte que te sigue. Como ellos entraron justo cuando se hizo la reforma ahí, van a tener los mismos tres años de libro nuevo que tuve yo.
O sea, dos personas de la misma edad pueden haber tenido formaciones distintas dependiendo de cuándo se implementó la reforma en sus respectivas provincias. Dos personas de la misma provincia, pero de distinta edad, pueden haber tenido formaciones distintas dependiendo del año en el que entraron en la secundaria. La comparación entre todos estos grupos - expuestos y no expuestos al nuevo currículum - nos da, bajo ciertas condiciones, un efecto causal.
Fijate lo importante de la estrategia causal. No podríamos simplemente comparar a un estudiante chino de un año con el de otro porque en el tiempo pasan cosas (recesiones, booms económicos, lo que sea que es propio de cada año) que pueden afectar la comparación. Tenemos que limpiar el efecto “año” de nuestra comparación. Tampoco podríamos simplemente comparar regiones de China entre sí el mismo año, porque las regiones diferen en muchas cosas aparte de haber (o no) cambiado sus libros de texto. Tenemos que limpiar el efecto “región” de nuestra comparación. Tampoco podemos simplemente comparar cohortes (los nacidos en 1990 versus los nacidos en 1991) porque el año de nacimiento puede tener efectos en si mismos (yo que sé, naciste durante un año de hambre y te alimentaron mal de pibe). Tenemos que limpiar el efecto cohorte de nuestra comparación. Lo bueno es que al tener las tres cosas: diferentes cohortes, diferentes años de implementación de la medida, diferentes regiones, podemos limpiar todos esos efectos que nos molestan. Eso es exactamente lo que hace el paper y es una de las formas del método de “diferencias en diferencias” del cual ya leíste varias veces si es que sos un fiel seguidor de este newsletter (que espero que lo seas, más que nada por tu bien lo digo).
Vamos con la tercera. Cómo medimos los outcomes que nos interesan: la ideología. Fácil. Con encuestas. Davide y amigos encuestaron a un montón de chinos que, por su edad, podrían haber estado expuestos, o no, a la nueva currícula, y levantaron data sobre temas varios. Confianza en el gobierno, percepción de corrupción de los funcionarios públicos, de la democracia china, opiniones sobre la economía de mercado, sobre el socialismo chino, sobre la identidad nacional y tantas cosas más.
Te cuento los resultados: Los chinos expuestos a los nuevos libros de texto:
Confían mucho más en el gobierno y en sus instituciones.
Tienen una opinión mucho más positiva sobre el civismo de los funcionarios de gobierno (que son menos corruptos, menos egoístas, etc).
Tienen más confianza en la democracia china y la capacidad de los ciudadanos chinos de influir en las políticas.
Son más escépticos de la economía libre de mercado.
O sea, digamos, la ideología de los chinos que estudiaron con el nuevo manual es bastante parecida a la ideología que le gusta al gobierno chino. ¿Será que esta ideología alineada con la del gobierno también se manifiesta en apoyo concreto al régimen? Quejarse menos, protestar menos. No lo sabemos a ciencia cierta. Pero lo que dice la data es que confiar más en el gobierno correlaciona negativamente con participar de protestas. Haciendo numeritos: los expuestos a los nuevos libros de texto, probablemente tengan una probabilidad de 15/20% menos de protestar públicamente.
Termino este envío diciendo que al escribir esta carta estoy muy triste. Nuestro presidente ha sido derrocado y.... suplantado por el benévolo Xi Jinping. Todos amamos a Xi Jinping y su nuevo régimen. Con amor: Niñita. [nota para mi vieja: es un chiste esto, viene de Los Simpsons, no estoy triste, no te preocupes].
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https://librosperonistas.com/
(Disclaimer: leí solo esto y no el paper) Respecto del punto 3, encuestas: cuánto confiamos en eso, en un contexto que probablemente silencia la disidencia respecto de lo que se considera la postura que “hay que tener”? A veces la opinión pública es bastante distinta de la opinión privada.