¡Hola! ¿Cómo estás?
Hoy a Substack se le ocurrió funcionar mal y mandar el envío a la mitad de los suscriptores. Así acá lo mando de nuevo. Si te llegó el de hoy temprano, olvidate. Si no te llegó, acá va.
Vos, joven sobre-politizado que se sabe hasta el segundo nombre del tercer candidato a concejal de las elecciones de Villa San Tero de 1985. Vos, que pensás que no hay nada más deliberado, consciente, profundo que la decisión del voto.
A vos, asesor del incumbente de turno (de donde sea) que opinás que hay que mostrar todo lo que se hizo, para que el votante sepa que se merecen su voto y decidan darte un nuevo mandato. A vos te digo: te equivocás. O al menos un poco.
Hoy escribí sobre los factores que parecen irrelevantes pero que afectan la decisión de los votantes en el cuarto oscuro.
Espero que te guste. Gracias por leer.
Las preguntas de hoy
¿Qué tan definido está nuestro voto cuando entramos al cuarto oscuro?
¿Puede ser que un mínimo detalle en el cuarto oscuro afecta nuestro voto?
El 25 de Octubre de 2015 me dormí muy tarde. Ese día estaba en Paris, en donde hice mi doctorado. Tipo (mis) 8 PM estaba cenando con amigos, siempre con un ojo el celular, siguiendo las elecciones argentinas de la primera vuelta presidencial. Transcribo un mensaje que recibí de uno de mis amigos desde Argentina: “mirá esto” junto a una foto (que lamentablemente no puedo descargar más) con un pizarrón medio caído.
El mensaje seguía: “Mirá lo que son las escuelas públicas!! Se postula a presidente y mirá como nos deja las escuelas!!”. Mi amigo tiene (y tenía en su momento) hijos, quienes asistían a una escuela pública cuyo estado edilicio, si me guío por sus historias, no debe ser tanto peor que el de la foto de la escuela en donde votó. Hasta para mí (que no fui a una escuela pública ni tengo hijos en una escuela pública) el estado de ese aula me parecía muy poco sorprendente. Mi amigo entró indeciso al aula y se fue votando en contra de Mauricio Macri.
Para quienes no sepan: Macri fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por 8 años, que terminaron en 2015. Ese año se postuló a presidente (y ganó). Macri como Jefe de Gobierno estuvo a cargo de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires durante los 8 años previos a su salto a la presidencia. Mi amigo vio el estado edilicio de la escuela, no le gustó y decidió votarle en contra. Según entiendo, la infraestructura escolar en esos ocho años de hecho mejoró. Pero resulta que en la escuela en donde votó mi amigo era mala y mi amigo uso su voto para castigar lo que vio ese día.
Imaginate que te dan datos a nivel escuela de votos por Macri en la Ciudad de Buenos Aires en 2015 y de infraestructura escolar de cada escuela (algunas están como las de la izquierda y otras como las de la derecha de la foto de arriba). En tu base de datos cada escuela tiene un indicador de la calidad de la infraestructura del edificio (buena o mala, según un montón de indicadores que normalmente son visibles: paredes, pisos, puertas, ventanas).
Lo que ves arriba es la distribución de votos por Macri en escuelas que fueron clasificadas como buenas (como la foto de la derecha, en verde en el gráfico) o malas (como la foto de la izquierda, en rojo y punteado en el gráfico) en cuanto a su calidad edilicia. En el eje X esta el porcentaje de los votos a Macri a nivel urna (de 0% a 100%) y el eje Y mide la frecuencia (o sea, cuanto más alto, más cantidad de urnas sacaron ese valor de X, por ejemplo, en muchas urnas Macri sacó más o menos 40%). Cuanto más a la derecha está la curva, más votos se lleva Macri. O sea, Macri se llevó más votos en escuelas “buenas” que en escuelas “malas” (siempre juzgando con base en la infraestructura).
¿Hay un efecto causal? No necesariamente. Tal vez las escuelas de Floresta (un barrio relativamente más pobre) tienen peor infraestructura que las de Recoleta (un barrio relativamente más rico). Como en los barrios más pobres Macri suele (solía) sacar menos votos, imposible saber si hay efecto causal de la infraestructura o simplemente del tipo de votante que vota en cada lugar.
Adiviná qué nos gustaría hacer para medir el efecto causal. Claro, un experimento. Por ejemplo, en 2015 podríamos haber asignado a cada votante de la Ciudad de Buenos Aires aleatoriamente a una escuela para que vote. Las escuelas tienen, naturalmente, diferentes niveles de calidad en su infraestructura. De ahí es fácil: te fijás cuánto sacó Macri en escuelas con buena y mala infraestructura y comparás.
No es necesario hacer nada de eso, porque la justicia electoral hace el experimento por nosotros. O más o menos. La asignación votante-escuelas no es aleatoria. La gente vota “cerca” de su casa: sí o sí vas a votar en el “circuito electoral” de tu residencia. El tema es que dentro de cada circuito hay un montón de gente y un montón de escuelas y de alguna manera hay que asignarlos. Bueno, DENTRO del circuito, la asignación es aleatoria. Si hay 10 escuelas con 3 urnas en cada una, la asignación funciona así. Primero le ponés un número a cada urna (101, 102, 103, ….). Después ordenás a los electores alfabéticamente y empezás a asignar en orden: Juan Carlos Acosta va a la 101, Mariana Acoste va a la 101, Pedrito Acostu va a la 101, … así hasta que se llena la urna 101 con 350 electores. El 351 va a la 102 y así. O sea, si vivís en Villa Crespo, te aseguro que vas a votar en Villa Crespo (o cerquita), pero dentro de Villa Crespo que votes en la escuela Gabriela Mistral en Julian Alvarez y Camargo o en la Osvaldo Pugliese en Padilla y JB Justo es totalmente aleatorio.
O sea: condicional al circuito electoral donde vivís, podemos comparar cuánto sacó Macri entre escuelas con buena infraestructura (ponele hipotéticamente que la Gabriela Mistral) con el que votó en una escuela de mala infraestructura (ponele que hipotéticamente la Osvaldo Pugliese).
Más gráficamente, si te centrás en el circuito electoral que marco con el círculo negro, podés comparar el vote share a Macri de los que votaron en los puntitos rojos (digamos, escuelas de mala infraestructura) o azules (digamos, escuelas de buena infraestructura). Esa diferencia nos da, bajo ciertas condiciones, un efecto causal. Exactamente eso hicimos con mi amigo y coautor Ruben en un paper que publicamos este año acá.
Para estimar un efecto causal comparamos el voto a Macri en escuelas de calidad edilicia buena y mala DENTRO de cada circuito electoral. O sea, no puedo comparar una escuela de Recoleta con una de Villa Crespo. Pero SI puedo comparar dos escuelas DENTRO de Villa Crespo o DENTRO de Recoleta.
Paréntesis. ¿Cómo sabemos si una escuela tiene calidad edilicia buena o mala? ¿Qué significa “buena” o “mala”? Para saber eso vas a tener que leer el paper. Por ahora, imaginate que hay un censo de escuelas en donde cada escuela tiene una “nota” (buena o mala) que le pone un inspector observando la infraestructura. Cuando hacemos esto encontramos que:
Votar en una escuela con infraestructura edilicia (relativamente) mala reduce la propensión a votar a Macri en 0.3 puntos porcentuales (pp).
Si venís de un lugar con bajos ingresos, votar en una escuela con infraestructura edilicia (relativamente) mala reduce la propensión a votar a Macri en 0.5 puntos porcentuales.
Si venís de un lugar con bajos ingresos y encima tenés hijos en edad escolar, votar en una escuela con infraestructura edilicia (relativamente) mala reduce la propensión a votar a Macri en 0.6 puntos porcentuales.
A ver cómo interpretamos estos resultados. Primero: ¿el efecto es grande o chico? No sé. Pero para darte una referencia, Macri ganó esas elecciones por menos de 2pp. Segundo: ¿por qué el efecto sería mayor en familias de bajos ingresos y con hijos en edad escolar? Porque son los (potencialmente) más afectados por la buena o mala infraestructura escolar. 50% de la población porteña ni siquiera usa las escuelas públicas.
Y eso me lleva al tercer punto: hay al menos dos interpretaciones posibles de estos resultados. La primera es que esos 5 minutos que pasas dentro del aula antes de votar te dan información que no tenías y eso cambia tu voto. Por ejemplo: no sabías si las escuelas públicas estaban bien o mal cuidadas. Entrás, te enterás y, si las ves bien, premiás a Macri y si las ves mal lo castigás. Otra interpretación es que entrar al cuarto oscuro no te está dando estrictamente información nueva. Simplemente hace muy saliente un aspecto relevante para juzgar la performance de un gobierno (la calidad de las instituciones públicas) y lo hace JUSTO antes de que tomes la decisión, como si fuera un recordatorio.
Yo creo más en esta segunda interpretación y eso es por los resultados (2) y (3): el efecto es mayor precisamente entre gente que seguramente ya sabía mucho más que nadie el estado de infraestructura de las escuelas, porque son precisamente ellos quienes las usan. Si hay alguien para quien nada de esto es información nueva, es para ellos.
Espero haberte convencido de que lo que encontramos es realmente causal. Pero, si no, a ver si con estos resultados te quedás más tranquilo.
No encontramos ningún efecto en “ir a votar” (turnout). Esto parece lógico: la calidad de la infraestructura de la escuela te lo enterás una vez que llegaste a la institución; o sea que la decisión de votar ya la habías tomado antes.
Lo que importa es estrictamente la calidad de la infraestructura de la escuela y no del barrio o cuadra en donde está la escuela. ¿Qué significa esto? Tal vez las escuelas con edificios destruidos están también en cuadras con calles destruidas. Si es así, tal vez lo que “castigan” los electores no es la falta de inversión en la escuela, sino el mal estado de los bienes públicos en general: calles rotas, poca seguridad. Bueno, no: cuando votás en una escuela reluciente, premiás al político de turno, incluso si está en una calle destruida. Y vice versa.
Van un par de comentarios antes de cerrar. Lo que comparamos nosotros es “escuela con buena infraestructura” y “escuela con mala infraestructura” o sea que nuestras medidas son necesariamente relativas. Hasta ahora hablé de “castigo” electoral porque es más fácil la explicación. Pero, estrictamente, no podemos saber si lo que hay es un efecto “castigo” (te voto menos porque la escuela está mal) o “premio” (te voto más porque la escuela está bien). Esto me lleva a otro punto relevante: nuestro paper no dice nada sobre la calidad de las escuelas de Buenos Aires ni sobre la gestión de Macri (que en mi opinión fue buena), precisamente porque lo que miramos es un efecto relativo: hay escuelas mejores que otras y por eso podemos estudiar como cambia el comportamiento electoral en unas versus las otras. Pero esto puede ser cierto aún si, en promedio, las escuelas están muy bien (o muy mal) o si mejoraron o empeoraron con Macri.
Lo que aprendí escribiendo este paper es que los factores contextuales inciden (y mucho): donde votás importa, los detalles importan, lo que pasa en los últimos cinco minutos antes de que llenás el sobre con tu voto importa. LA CASTA se gasta un montón de plata en campañas, en comunicar, en persuadir. Y todo eso seguro que tiene efectos. Pero después resulta que entrás al aula para votar, ves un pizarrón venido a menos y terminás cambiando tu voto. Y arreglar el pizarrón seguro es más barato.
Bueno. Ahora sí. Acá va mi consejo para el pelado. Yo no sé si las escuelas están en buen o mal estado, cuidadas o descuidadas. Pero, sea como sea, antes de las elecciones pegales una limpiada, ordená los bancos, limpiá los pizarrones, ponelas lindas. Más no sea para sacar unos votos más, te aseguro que vale la pena.
PD: ¿Sabés hacia dónde se fueron los votos que “perdió” Macri? Yo sé, pero no te digo. Si querés saber leete el paper.
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Si querés leer el paper de este envío lo podés bajar acá.
Si querés leer algo más sobre factores aparentemente irrelevantes que afectan el voto, a mi me gusta este.
Si estás dudando si fiscalizar o no, acá te cuento por qué deberías hacerlo.
Si trabajás en el gobierno de la ciudad y querés hacer un experimento durante las elecciones, escribime acá :)
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