¡Hola! ¿Cómo estás?
¿La lealtad te parece de los valores más importantes? ¿Pensás que a “los tuyos” hay que dejarles pasar más cosas que a “los otros”? Cuidado, podrías ser un comunalista (ojo que no dije comunista, eh). Y con saber eso casi que me alcanza para saber a quién vas a votar.
Hoy escribí sobre moral universalista, particularista y nuestras preferencias electorales. Para que se enojen los filósofos y algunos otros también.
Espero que te guste. Gracias por leer.
Las preguntas de hoy
¿Qué es el universalismo y el comunalismo? ¿Cómo lo medimos?
¿Qué votan los que tienen valores universalistas? ¿Y los comunalistas?
Vas caminando por la calle y ves que un tipo le roba el celular a una persona distraida. No llegás a verle bien la cara, se va corriendo, el robado lo corre por detrás, todo es confuso, la gente grita. Al carterista, punga, lanza, rastrero, mechero, truhán, granuja, descuidero se le cayó su propia billetera al salir corriendo y resulta que lo viste. Vas corriendo a buscarla, la agarras y buscás alguna identificación para denunciarlo. Abrís y lo primero que ves es su documento, su carné del club, su registro de conducir. Cara conocida. El amigo de lo ajeno es también un amigo tuyo. Muy amigo.
Pará un segundo. Pensá bien lo que te voy a preguntar y decite la verdad. ¿Seguís con tu plan de denunciarlo?
¿Y si el delincuente es amigo, pero no tan amigo?
¿Y si es un conocido?
¿Y si es alguien que nunca viste en tu vida?
Si tu respuesta es que SI denunciarías en cualquiera de las situaciones hipotéticas de arriba, te vamos a llamar “universalista”. Si tu respuesta es que NO denunciarías a nadie, en cualquiera de las situaciones hipotéticas, también. Si a tu muy amigo no lo denunciás ni por casualidad, al amigo-no-tan-amigo medio que tampoco, con conocido empezás a dudar pero al que no viste en tu vida lo denunciás con placer, te vamos a llamar “particularista” o “comunalista”.
Por si no quedó claro hacia donde estoy tratando de ir: lo que te hace universalista no es tener una probabilidad alta o baja de denunciar, sino que esa probabilidad depende de tu grado de cercanía con el carterista.
Un particularista tiene valores diferentes para su grupo que para los de afuera de su grupo. La lealtad al grupo es un ejemplo de manual de particularismo. Un universalista, en cambio, tiene valores que son idénticos para los de su grupo o para los de afuera. Al universalista más que la lealtad le gusta la imparcialidad: lo que está bien, está bien independientemente del quién.
La moral universalista es todo menos universal. En todo caso, hay países con culturas más y con culturas menos universalistas. Y dentro de los países, hay ciudades o regiones con culturas más o menos universalistas.
Seguramente te estarás preguntando para qué nos sirve saber que una sociedad es más o menos universalista. La respuesta es que resulta que ser universalista correlaciona con un montón de preferencias sobre políticas concretas. Lo cual tiene mucho sentido. Va un ejemplo muy concreto: la globalización. Nada más universalista que la libertad en la movilidad internacional de bienes o personas. Si dejo que entre un pullover hecho en China, seguramente que al fabricante local de pullovers lo genero un problema, pero también saqué un chino de la pobreza. ¿Te importa más el fabricante local o el chino pobre? Cuando dejo entrar a un migrante, seguramente que en el corto plazo le genero más competencia al que labura de lo mismo que labura el extranjero. ¿Tanto más te importa el laburante local que el pobre refugiado de afuera? Y algo parecido vale para muchos otros tópicos: ¿Qué tanto te importa el cambio climático si a tu ciudad en particular mucho no le cambia?
Si los valores (universalistas o particularistas/comunalistas) explican el tipo de políticas que nos gustan, entonces seguramente también expliquen a qué políticos elegimos. Hoy se me dio por escribir sobre algo que, como tal vez habrás notado, me obsesiona estos días: ¿qué tanto pesan los valores (por ejemplo, universalistas o particularistas) a la hora de elegir a qué politico votamos? Mejor aún: ¿quién es mejor predictor de tu voto; tu nivel socioeconómico (sos rico, sos pobre) o tus valores (universalistas, particularistas)? ¿El corazón o el bolsillo?
De Ben Enke ya hablamos. Es una bestia de economista, de los mejores de su generación. Escribe mucho sobre universalismo. Mucho, mucho. El paper de hoy es uno que publicó hace poco con Ray Fisman, Luis Mora Freitas y Steven Sun y que es una maravilla.
Vamos al punto con el primer desafío empírico. ¿Cómo medimos qué tan universalista es la cultura de una ciudad o de un país? Hay muchas formas. De hecho, el mismo Ben tiene OTRO paper muy bueno, en el que miden qué tan universalista es en promedio la cultura de 60 países diferentes. En el que te cuento hoy hace algo diferente. Resulta que hay una plataforma que se llama DonorsChoose en donde escuelas de Estados Unidos postean proyectos educativos para los cuales vendría bien que les donen plata, tarasca, biyuya. Entrás al sitio, te ponés a mirar los proyectos y al que más te gusta le donás lo que quieras. En principio, el orden en el que te aparecen los proyectos no depende de donde vivas ni de la región o ciudad del proyecto, aunque si querés podés filtrar regionalmente y hasta por código postal.
Supongamos que sos un tipazo (supuesto fuerte) y vivís en Argentina. Querés donar unos 500 mil pesos de curso legal moneda nacional argentina a un proyecto educativo. Te encontrás con una plataforma parecida a DonorsChoose, que se llama DonantesEligen y hace lo mismo que la gringa, pero en Argentina. Vivís en Pozo Borrado (Provincia de Santa Fe). Cuestión que entrás a la plataforma y te aparecen 3 proyectos para donar, todos igualmente buenos y atractivos. Uno en La Sarnosa, ubicado en tu provincia de Santa Fe a unas 2 horas en auto de casa, otro en Guampacha, provincia de Santiago del Estero a unas 6 horas en auto y el otro en Pastos Chicos, provincia de Jujuy a unas 12 horas de auto. La verdad que el proyecto de Pastos Chicos en Jujuy llega al corazón, medio que tardás lo mismo yendo en auto desde tu pueblo que lo que tardan los pibes en llegar a la escuela caminando cuando llueve. Resulta que en La Sarnosa tenés unos tíos segundos viviendo. En Guampacha no conocés a nadie, pero tenés un amigo que tiene un sobrino que se fue a vivir ahí para abrirse unas canchitas de Paddle. En Pastos Chicos no conocés a nadie (porque, quién conocería a alguien de Pastos Chicos, ¿no?).
¿Qué tan probable es que le dejes las 500 lucas al de La Sarnosa? ¿y al de Guampacha? ¿y al de Pastos Chicos? ¿Ves la analogía con la pregunta de arriba, de qué tan probable es que denuncies al carterista según que tan cercano seas?
Ben y amigos dicen que se puede medir universalismo mirando cómo cambia la cantidad de teca que una persona dona a medida que los proyectos le van quedando más “lejos”. Las comillas no son casuales. La distancia entre vos y una escuela a la cual le querés donar plata puede ser física pero también puede ser emocional. Queremos que la medida de universalismo refleje que tan diferente tratás a los otros en función de qué tan cercanos son a tu grupo y esa cercanía puede tomar diferentes formas (la gente de “tu” ciudad, la gente de “tu” barrio, la gente de “tu familia” o tal vez la gente de “tu” clase social o de “tu” género o de “tu” profesión o de “tu” religión).
Agarrá cada uno de los municipios de Estados Unidos. Fijate, para cada municipio, cuánta plata donan en promedio sus ciudadanos a proyectos en cada uno de los diferentes municipios del país. Fijate qué tanto cae el monto promedio donado en función de la distancia del municipio en donde vive el ñato que dona y donde queda la escuela a la cual dona. Si el monto cae mucho por cada kilometro adicional de distancia, el municipio en cuestión tiene gente particularista. Si la distancia no influye sistemáticamente en la probabilidad de donar, decimos que es universalista.
“PERO DISTANCIA FÍSICA QUÉ IMPORTA”. Bueno, puede ser. Es cierto que no necesariamente más cerca físicamente refleja cercanía emocional. Probemos otra cosa.
Agarrá cada uno de los municipios de Estados Unidos. Fijate, para cada municipio, cuánta plata donan en promedio sus ciudadanos a proyectos en cada uno de los diferentes municipios del país. Definí “cercanía emocional” como la cantidad de conexiones/amigos de Facebook promedio entre dos municipios. Y “distancia emocional” como el inverso de cercanía. Fijate qué tanto cae el monto promedio donado en función de la distancia emocional del municipio en donde vive el ñato que dona y donde queda la escuela a la cual dona. Si el monto cae mucho a medida que aumenta la distancia emocional, el municipio en cuestión tiene gente particularista. Si la distancia emocional no influye sistemáticamente en la probabilidad de donar, decimos que es universalista.
Dejame enfatizar un punto que ya mencioné. Acá no importa si la gente dona mucho o dona poco. Eso, en principio, no te hace más o menos universalistas. La cosa es más bien cómo varía lo que dones (sea lo que sea) a medida que vas ganando distancia (emocional o física) con la persona o el proyecto al cual le estás donando.
A partir de ahora no voy a hablar de distancia emocional o distancia física sino simplemente de distancia, porque según muestran Ben y sus compañeros de paper, las dos medidas dan prácticamente el mismo resultado. Sigamos.
El mapita de arriba te muestra qué tan universalista o particularista es cada municipio (o grupo de municipios). Los azules oscuros tienen valores universalistas, los claritos tienen valores particularistas. ¿Y qué hacemos con esto? Acordate de la pregunta original: ¿qué tanto influyen los valores culturales (en este caso, universalistas o particularistas/comunalistas) en nuestras decisiones electorales? O, dicho de otra forma: ¿qué tanto me sirve saber tus valores para predecir a quién vas a votar en comparación de, por ejemplo, tu nivel socioeconómico?
Te respondo con otro gráfico. El eje X mide nivel de universalismo de cada municipio, el eje Y mide el vote share de demócratas en un par de elecciones recientes. Más universalista, más demócrata. Bien claro. No hablé de causalidad y no voy a hablar porque este paper no intenta identificar efectos causales (tarea que sería bastante difícil), sino simplemente entender qué características son más relevantes para explicar el voto.
Solemos pensar, y no sin razón, que el nivel socioeconómico (el pobre vota X, el rico vota Y), o inclusive el nivel educativo (el educado vota Z, el no-tan-educado vota O) son LOS determinantes de las preferencias políticas. Y por supuesto que en gran parte es así (algo al respecto escribí acá). Pero Ben y sus amigos nos muestran que, mucho más relevante que la tarasca que tenés en el bolsillo o qué tanto estudiaste, son los valores que tenés. ¿Qué tanto más importante? Digamos que si tengo que adivinar a quién votás (republicano o demócrata) y SOLO sé de vos el nivel de universalismo en sangre que tenés, voy a poder pegarle a tu preferencia con 10 veces más éxito que si SOLO sé de vos cuánta plata ganás por mes.
¿Notaste que de a poco el anti-globalismo se está poniendo de moda de nuevo? Es un revival del comunalismo, del amor incondicional a los de tu grupo y rechazo casi automático a los del otro. Tu grupo puede ser tu paîs, tu gremio, tu confederación de empresas industriales. Hasta Trudeau, el rey del progresismo liberal, tuitea muy feliz que va a ponerle las cosas más difíciles a los migrantes. ¿Cómo se explica? ¿La gente cambió sus valores, antes era universalista y ahora se volvió comunalista? ¿Se dieron cuenta que al final la lealtad es mejor que la imparcialidad y los valores universales?
No lo sé. Sigamos investigando.
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El paper de hoy lo encontrás acá. Acá Ben te cuenta cómo se mide universalismo en encuestas y con experimentos.
El título del envío sale de la célebre frase de Juan Carlos Pugliese, ministro de economía argentino quien le habló a los mercados con el corazón y le contestaron con el bolsillo.
Arrancamos con Blur y su “The universal” porque así de literales somos. Mandale.
En el próximo envío
“El efecto Starbucks”. ¿Viste que las startups siempre nacen en garages? Esa es la mitad de la historia, porque antes del startup en el garage vino el desarrollo de la idea, y las ideas no salen de los garages. Salen de los cafés. En unas semanas te cuento cómo los Starbucks generan innovación.
Siempre es un placer leerte, Nico.
Y soy más un particularista.
Lo siento
Excelente, ya sé que preguntarle a mi cita de mañana ;)