¡Hola! ¿Cómo estás?
El piberío anda todo el día con TikTok. Los adultos responsables estamos preocupados por la influencia que tiene ese programita en la viralización de narrativas demasiado simplistas, equivocadas o llanamente falsas.
Pero las narrativas simplistas, equivocadas y falsas no son nuevas. Su viralización tampoco. ¿Cómo hacían en el siglo XX? Scrolleá para abajo que te cuento.
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Espero que te guste. Gracias por leer.
Las preguntas de hoy
¿Puede UNA película contribuir a la difusión de estereotipos negativos?
¿Qué tiene que ver el cine con el Ku Klux Klan?
En 2021 grabé un episodio en el Aprender de Grandes de Gerry Garbulsky (de los mejores podcasts en español, en mi opinión). En un momento de la conversación me preguntó por la divulgación científica en economía. No me acuerdo qué le dije (y no pienso chequear porque me da vergüenza escucharme a mi mismo). Pero supongo que habrá sido algo así como que la gran mayoría de los economistas académicos, incluyéndome, no usaban casi nada de su tiempo para divulgar porque la academia no premiaba la divulgación (cosa que, aclaro, me parece muy bien porque se supone que los científicos tienen que usar su tiempo de trabajo para hacer ciencia). Otra cosa que seguramente le haya dicho a Gerry es que, al menos para mí, divulgar ciencia es un gran esfuerzo porque implica una negociación permanente entre hacer algo suficientemente atractivo para que le interese a alguien más que a los dos gatos que leen mis papers y tratar de mantener cierta rigurosidad en lo que escribo.
O no sé si la palabra que busco es rigurosidad. A ver. El mensaje principal de un paper empírico de economía (imagino que de otras disciplinas también) está en las primeras dos o tres páginas. El resto es una mezcla de pruebas para mostrarte que la historia que te contaron es robusta y creíble y un montón de caveats sobre la interpretación y el alcance que deberías darle a los resultados. Un mensaje y cien millones de sutilezas que le ponen “peros” a lo que aprendiste en las primeras dos o tres paginas. Esta estructura llena de advertencias es correcta para un paper que intenta empujar la frontera de la ciencia, pero es imposiblemente poco atrapante para el curioso, no científico pero consumidor de conocimiento. El tradeoff entre difundir masivamente un mensaje pero no vender humo existe y, al menos para mí, tratar de encontrar ese balance justo y atarme las manos para no agregarle un “bueno pero ojo que no necesariamente es tan así” a cada cosa que escribo implica bastante trabajo (agradecele a la editora de este Newsletter, Luchi Paint, que aparte de ser la mejor editora del continente y ayudarme a encontrar ese balance, es la ilustradora del pollo que te llega cada dos lunes).
Hace poco tuitée “la tiktokizacion del conocimiento es tremendamente problemática” quoteando un video que explicaba por qué el “libre mercado” (de alquileres) era malo para los inquilinos. El videito estaba bien hecho, la historia bien contada, tenía sentido, era fácil de creer, atractiva y equivocada. Estos tiktoks virales son un poco la representación extrema de lo que quiero decir: me da la impresión que lo que una historia necesita para viralizarse es distinto a lo que una historia necesita para ser científicamente rigurosa. O, incluso, opuesto. La realidad (o lo que sabemos de la realidad) es menos atractiva, menos determinística y menos intuitiva que cualquier explicación con potencial de viralización en Tiktok.
Después de escribir ese tuit me quedé pensando en las implicancias de estos medios nuevos. Nada que no se haya dicho: que facilitan la difusión de información falsa, de posverdades, de teorías conspirativas. Es fácil: un buen storyteller, una media verdad (o una mentira completa pero verosímil), un buen influencer y listo. Un poco es así, pero lo cierto es que las teorías conspirativas, las fakenews o las “verdades” populares basadas en mitos son todo menos nuevas. A las brujas las quemaban en el 1400, las historias de dominación mundial de los judíos tienen siglos de antigüedad (y se leen hasta hoy) y ni hablar de los terraplanistas. Para empujar una agenda un poco o muy falsa no alcanza con un grupo de loquitos. El apoyo y la difusión de los disparates siempre estuvo sostenido por historias y narrativas convincentes, intuitivas, viralizables (y falsas) que les dieron cierta validación popular a esas ideas. ¿Cómo se hacía antes de TikTok?
The Birth of a Nation es una película muda de 1915 que fue, dicen, técnicamente revolucionaria. Pasó varios records: la película comercial de mayor duración hasta ese momento (unas 3 horas), un super blockbuster de su época y, según leo, de la historia si se ajustan los montos recaudados por inflación.
La historia está basada en un libro inspirado en hechos reales en la época de la guerra civil americana y la reconstrucción que le siguió. Cuenta la historia de dos familias (de ficción, los Stoneman y los Cameron), unos abolicionistas los otros anti en medio de la guerra. Benjamin Cameron se convierte en uno de los fundadores del KKK, con el objetivo de confrontar a los abolicionistas del norte (los Stoneman). Más allá de la veracidad (o falta de) de la historia en sí misma, la película se volvió controversial desde antes de salir por la forma en que está contada. En la narrativa, los negros son poco más que animales inadaptados y agresivos que persiguen a las blancas. El KKK, en cambio, es un grupo de resistencia que surge de la necesidad de defenderse de los negros y los abolicionistas que los fomentan. Una historia bien contada, atractiva para mucha gente a quienes le confirmó los prejuicios, atrapante y falsa. ¿Te suena la fórmula?
Fue una película terriblemente popular e influyente (nivel, al hoy cancelado Woodrow Wilson se le atribuye la famosa frase referida a la película: “It's like writing history with lightning. My only regret is that it is all so terribly true”). No era TikTok, era una película de tres horas en una época en que las películas duraban minutos. Pero la fórmula era en cierto sentido parecida: una historia atractiva, interesante, que tiene sentido, que confirma prejuicios y que es terriblemente tendenciosa.
El grafo de arriba sale de un paper (de Desmond Ang, profe de Harvard). La línea punteada roja mide eventos racistas (motines, marchas). La azul mide linchamientos (contra negros) y la verde punteada mide la cantidad de miembros asociados al KKK, organización fundada en 1865. ¿Por qué si se fundó en 1865 no hay datos desde el 1900 hasta el 1915? Porque se disolvió unos años después de fundarse y volvió a rearmarse en 1915, justo cuando salió la película. ¿Casualidad? Tal vez.
En 1915 ir al cine era un quilombo. Por empezar, no había cine en todas partes. Las películas no se distribuían como uno supone que se distribuyen ahora o hace 30 años. Lo que había eran road shows que, si a la película le iba bien, duraban bastante. El de esta película duró cinco años. Meses y meses de ir pueblo por pueblo, ciudad por ciudad llevando el rollo con las películas.
Mirá el mapita de la izquierda. Los puntitos muestran municipios (counties) en donde fue llegando la película en distintos años. El más oscuro es 1915 y de ahí se va aclarando hasta 1919. El de la derecha muestra los municipios con presencia de KKK en 1930. Bastante overlap entre los dos mapas. ¿Casualidad? Tal vez.
Claramente hay más presencia de KKK en donde proyectaron la película, pero ya sabemos que correlación y causalidad, asuntos separados. Ahora, fijate una cosa: en el mapita de la izquierda hay variación geográfica (algunos municipios pasaron la película y otros no) y temporal (algunos la pasaron antes y otros después). Cuando tenemos variación en esas dos dimensiones hay esperanza de identificar un efecto causal. Pero para eso necesitamos más datos. Imaginate que queremos medir el efecto de que pasen la película en la frecuencia de crímenes de odio (raciales). Lo que deberíamos mostrar es que los crímenes de odio venían parecido en municipios con/sin futura proyección de la película y JUSTO se empiezan a separar las tendencias en el preciso momento en que se proyecta la película. Y deberíamos mostrar que esto es sistemático, o sea, no pasó con UN municipio en UN momento del tiempo, sino que pasó en varios y en diferentes momentos del tiempo.
Los gráficos de arriba muestran los meses antes (negativos), durante (0) y después de la proyección de la película en diferentes municipios (en diferentes momentos del tiempo). El de la izquierda mide en el Y la cantidad de linchamientos a negros y en el de la derecha eventos masivos de racismo (marchas, persecusiones, etc). Fijate que el eje Y está lleno de ceros a la izquierda de la línea roja: o sea, antes de que se proyecte la película no había grandes diferencias entre la cantidad de eventos racistas (o linchamientos) entre municipios en donde más adelante se iba a proyectar la película y los que no. Ojo, esto no significa que el NIVEL de eventos era idéntico, significa que la TENDENCIA era parecida.
Después del 0 en el eje X (o sea, cuando se empieza a proyectar la película), los Y empiezan a crecer. Es decir, la DIFERENCIA entre los eventos de racismo entre municipios que proyectaron y que no proyectaron (aún) la película se empieza a agrandar.1 Todo indica que hay un efecto causal de proyectar The Birth of a Nation en eventos inmediatos de violencia racista. Pero yo te prometí algo más: que te iba a mostrar un efecto causal de proyectar la película en la formación de unidades del KKK. Y acá hay el amigo Desmond no puede hacer algo parecido al gráfico de arriba porque no solamente no hay datos del KKK pre 1915 sino que literalmente no existía en los años previos a que saliera la película. No te preocupes, hay alternativas.
Si correlaciono “ver la película en el municipio X entre 1915 y 1919” con “hay célula de KKK en municipio X en 1930” seguro vea una relación positiva que seguramente no sea, en principio, causal. Por ejemplo, puede ser que decidieron hacer el road show por municipios por donde sabían que había cierto racismo latente (para vender más entradas) y entonces la formación de células de KKK responde a ese racismo latente y no a la proyección de la película en sí. Es decir, capaz la gente que eligió ver esa película ya era racista. O sea que las células del KKK se iban a formar igual y no lo podemos atribuir al hecho de que hayan visto la película. Necesito otra variable: una que no esté relacionada directamente con el racismo latente pero sí con haber visto o no la película.
Pensá esto: para que pasen (y puedas ver) una película en 1915 es necesario que haya un cine más o menos cerca. Es decir, que una persona vea la película entre 1915 y 1919 es mucho más probable si vive en un lugar en donde en 1914 (PRE película) ya había un cine que si vive en un lugar en donde no había ningún cine. O sea que, bajo ciertos supuestos, uno podría pensar que hay un evento aleatorio (que pre-estreno haya cine en su municipio) que hizo que cierta gente vea The Birth of a Nation con mayor probabilidad que otra. O sea que, de nuevo bajo ciertos supuestos, uno podría aproximarse al efecto causal mirando como difiere la futura formación de células KKK dependiendo de si había o no cine ANTES del estreno de la película en cuestión.
Te cuento primero los resultados y después vemos si esos supuestos tienen sentido. Proyectar la película entre 1915 y 1919 aumenta:
En 60% la chance de que se forme un capítulo del KKK unos años después en el municipio en cuestión.
La probabilidad de que se formen OTRAS organizaciones de supremacistas blancos INCLUSO EN LOS 2000’s.
La probabilidad de que haya crímenes de odio racial hasta en 2018 (!).
Ok, habíamos dicho que esto funciona (o sea, que podemos atribuir causalidad) bajo ciertos supuestos. Veamos si nos convencemos de que esos supuestos son realistas. ¿Qué tendría que pasar para que los supuestos NO se cumplieran?
Lo primero que arruinaría la interpretación causal es una correlación entre “presencia de cines en 1914” y odio racial, digamos, latente, pre-existente. Ejemplo hipotético: imaginate que los lugares en donde había cine fueran los más ricos y los lugares más ricos fueran los más racistas.
El gráfico de arriba muestra la correlación entre “cines en 1914 en municipio X” y “eventos que denotan racismo pre-existente en municipio X”. Por ejemplo, no hay correlación entre tener un cine en 1914 y eventos de violencia racista (protestas, etc) entre 1910 y 1914. Tampoco hay correlación entre tener cines en 1914 y votar más o menos demócratas en las elecciones pre-1914. Tampoco hay correlación entre tener un cine en 1914 y el porcentaje de esclavos que había en 1860. Buenas noticias: tener cine en 1914 no parece tener relación con que el municipio sea (pre-película) más o menos racista.
Otra historia que arruinaría todo: mirá si el solo hecho de tener cine te hace más racista, no por The Birth of a Nation sino por otras películas (o un conjunto de películas). Si así fuera, deberíamos ver que los municipios que construyeron cines justo ANTES o justo DESPUÉS del período del road show tienen una correlación similar con la formación de células del KKK en el futuro.
El gráfico de arriba es el que me termina de convencer. Cada punto en el eje X te dice el año de construcción del primer cine en cada municipio. La línea roja es 1915. El punto inmediatamente posterior son los municipios que construyeron cines JUSTO cuando terminó el road show. Los anteriores construyeron cines un poco antes o durante el road show. En el eje Y hay una medida de presencia KKK en cada municipio en 1930. Haber hecho el primer cine del municipio justo después de que termine el road show no correlaciona con mayor actividad KKK, haberlo hecho justo antes o durante, sí. O sea: no parece haber algo especial en el mero hecho de tener un cine en el pueblo. Y, salvo que los que hicieron su primer cine en 1916 o 1917 o 1918 sean municipios intrínsecamente más racistas que los que lo hicieron en 1919, tampoco parece ser el caso que el hecho de tener un cine pueda explicar por si mismo la presencia de KKK varios años después. Los cines (la herramienta) no tuvieron la culpa de nada. The Birth of a Nation (el mensaje), sí.
Releí todo lo que escribí al principio y me quedé con la sensación de ser un “Old man yells at cloud”. ‘Ta todo bien con TikTok, eh. Solamente hay que darle el uso correcto. Yo no tengo cuenta, pero tengo algo mejor: una de mis primas cura su feed, selecciona los mejores videos de las categorías “comida” y “animales haciendo cosas” (en las cuales TikTok tiene una clara ventaja sobre el resto de las apps) y me manda lo mejor del día, que yo muchas veces termino compartiendo y contribuyendo a su viralización. De nada.
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El paper de hoy es este.
A tono con el envío de hoy, te regalo que arranques la semana con Virus. Pronta Entrega, entonada en vivo por nuestro very own David Bowie vernáculo. Ojalá te acuerdes de mí cuando la estés tarareando a la tarde mientras volvés del laburo.
En el próximo envío
“Mi compañera coreana”. ¿Tu hijo o tu hija tienen compañeros extranjeros en la escuela? Festejá. No todos tienen esa suerte. La próxima te cuento por qué.
Acá una cosita técnica (que podés obviar sin problemas): fijate que los intervalos de confianza post-película son bien grandes al punto que varios puntos post-película NO son significativamente diferentes de 0. Mi opinión: una persona sin mucho conocimiento estadístico te diría que no pasa nada, que se ve claro que son 0 antes y positivos después de la película. Una persona con algo de conocimiento te diría que no hay efecto. Una persona con muchísimo conocimiento y experiencia (como el editor del journal donde se publicó) te diría que posiblemente haya efecto pero demasiado ruido. Y que está todo bien loco. Y te aceptaría el paper. Yo opino como el editor.
muy bueno como siempre, consulta, por que la parte de ruido haria que no sean significativamente dif de 0?